Mas que buenas intenciones, la combinación de estos cuatro poderes, es lo que en realidad se requiere para hacer realidad los propósitos y metas en año nuevo (y en todo momento).
La Magia de la Intención
Cuando iniciamos o reiniciamos un ciclo en cualquier área de la vida, es común sentir una intensa inyección de entusiasmo producida, entre otros factores, por la emoción de empezar algo nuevo, la expectativa de lograr un resultado en el futuro, el contagio de otras personas viviendo la misma experiencia, la necesidad de pertenecer o proyectar determinada imagen o bien porque se ha llegado al punto donde el dolor de seguir igual es más grande que el dolor de cambiar.
Lo anterior es el escenario típico que rodea a la repetitiva y trillada dinámica que a muchas personas, embriagadas por el entusiasmo y emotividad de las fiestas decembrinas, nos lleva a hacer y compartir nuestros propósitos o resoluciones de año nuevo.
Pero durante mucho tiempo y después de experimentar la realidad del correr de los primeros meses del año, me ha quedado claro que se requiere mucho más que solo la buena intención y compartir los propósitos, se requiere la combinación de cuatro poderes a los que todo ser humano tiene acceso.
El Poder de la Claridad
El poder de la Claridad implica entender y aceptar la “ley de causa y efecto” que establece que “nada ocurre de repente” todo es producto de un proceso donde toda acción o inacción tiene una reacción, consecuencia o resultado.
Empezar con el fin en mente es una de las mejores maneras de poner en práctica el poder de la Claridad, porque solo determinando con precisión cuál es el resultado o experiencia que queremos obtener, es que podemos definir la actitud, las acciones y los recursos necesarios para lograrlo.
Para desarrollar el poder de la Claridad podemos apoyarnos en herramientas simples pero efectivas, como hacer una introspección para hacernos y respondernos preguntas poderosas con la mayor honestidad y precisión posible, preguntas como ¿quién soy?, ¿qué quiero?, ¿cómo lo quiero?, ¿para cuándo lo quiero?, ¿qué necesito hacer?, ¿de quién necesito ayuda?.
Otra herramienta es la visualización creativa que se puede realizar con un enfoque de meditación, para relajarse usando la respiración y crear el estado mental apropiado para generar imágenes claras en la mente de los resultados o experiencias deseados, es importante imaginar con el mayor detalle posible y de la forma más vívida las situaciones, las acciones, los lugares y las personas involucradas en aquello que deseamos y hacerlo como si ya existiera en el presente, tratando de involucrar los cinco sentidos y vivir la emoción que se quiere tener cuando eso que imaginamos se haga realidad.
Un “Vision Board” es también una forma poderosa de generar y sostener la claridad de lo que se quiere obtener, que consiste en usar un espacio en la pared, un pizarrón o alguna superficie fija o móvil donde se pueda pegar una colección de imágenes y textos que representen el objeto de nuestra intención o bien que sean empoderadores.“Una persona con un propósito claro podrá progresar aun en el camino más adverso. Una persona sin claridad de propósito no podrá progresar aun en el camino más fácil.” — Thomas Carlyle
El Poder de la Concentración
El poder de la Concentración es esencial para dirigir y mantener la atención en los objetivos y los pasos necesarios para lograrlos.
Es indispensable tener una visión clara de lo que se quiere, pero no basta para lograrlo, porque una visión de un destino que no está apoyada en pensamientos y acciones concretas y consistentes, más temprano que tarde, será presa de la distracción, la confusión, la duda y las presiones de terceros.
Para mí, la mejor forma de cultivar el poder de la Concentración, consiste en desarrollar la habilidad y el valor para desactivar de forma proactiva y estratégica las múltiples distracciones que yo mismo genero o bien que me genera el entorno donde me encuentre.
Si bien es extremadamente necesario desarrollar la capacidad de sostener nuestra atención sobre pensamientos y actividades productivas de forma que podamos producir un resultado significativo y sobre todo concluir lo que empecemos, en mi experiencia personal y con muchos de mis clientes, he notado que el poder de la Concentración se ve más afectado por la incapacidad de anticipar y neutralizar las distracciones que por la falta de habilidad para dirigir los pensamientos y mantener la atención por periodos largos.
La mejor manera de mantener a raya las distracciones que vienen del exterior y además generar el estado mental necesario para mitigar las distracciones que vienen del interior, consiste en tomar control del medio ambiente que nos rodea, es decir, anticiparse de manera intencional para elegir el lugar de trabajo y acondicionarlo de forma tal que nos aísle de interferencias como llamadas telefónicas, correo electrónico, redes sociales, peticiones, trivialidades y urgencias de otras personas y demás factores que puedan desviar la atención o generar ansiedad, tensión o antojos.
Suena paradójico, pero usualmente, el lugar menos adecuado para concentrarse es nuestro lugar habitual de trabajo, por ello, una técnica que funciona muy bien para generar el tiempo y espacio apropiados para concentrarse, consiste en trabajar en una cafetería, librería o biblioteca por una mañana o una tarde y que de preferencia no esté cerca ni del lugar de trabajo ni de casa para evitar ser interrumpidos por gente conocida . Para un proyecto de suma importancia que requiere más tiempo y esfuerzo, es una buena opción rentar una habitación de hotel, suena drástico pero es muy efectivo, porque además de proveer un entorno muy controlado y hermético, el costo te hace más consciente de aprovechar cada minuto de estancia, a este enfoque se le conoce como el método “monástico” para generar mayor productividad.
Víctor Hugo, el célebre autor de “Los Miserables” y “El Jorobado de Notredame”, quien tenía un gran gusto por la fiesta y una gran tendencia a postergar sus deberes, llevó la estrategia de concentración al estilo “monástico” al extremo, para lograr terminar a tiempo estas dos obras literarias. Su solución consistió en ordenar a su servidumbre que retiraran y escondieran toda su ropa, quedando desnudo y encerrado en su casa, de manera que esto evitó de forma efectiva que saliera y se distrajera, no tuvo más remedio que quedarse en casa y mantenerse escribiendo, logrando entregar el material a su editor incluso antes de la fecha comprometida.
El Poder de la Energía
La energía vital es nuestro recurso más crítico, sin el cuál nada puede llevarse a cabo con calidad y eficiencia, por tal motivo, es crucial desarrollar la conciencia y la habilidad de administrar nuestra energía vital como la primordial fuente de poder que es.
El poder de la Energía consiste en conocer y gestionar eficientemente este esencial recurso, en términos prácticos, podemos dividir la energía vital del ser humano en cuatro niveles:
- Energía Física
- Energía Emocional
- Energía Mental
- Energía Espiritual
El ser humano es en sí mismo un sistema de energía y la base de dicho sistema es la energía física, en otras palabras, la fisiología del cuerpo físico. Administrar la energía física de forma eficiente requiere desarrollar hábitos positivos para optimizar funciones vitales como dormir, alimentarse, hidratarse, ejercitarse, moverse y relajarse. Es un terreno muy amplio, que sin duda, da material para uno o varios artículos separados en los que podría compartir mas detalles de cada nivel de energía. Lo importante en este punto es tener en perspectiva la importancia de tener un buen nivel de conciencia y disciplina en la forma de hábitos positivos para cultivar y mantener la energía física y con ello la salud y el vigor requeridos para materializar los resultados que buscamos.
La energía emocional, como su nombre lo indica, está fundamentada en las emociones y sentimientos que están conectados al cuerpo físico y que son influenciadas por los pensamientos de la mente y por las condiciones y estímulos del entorno. Administrar la energía emocional implica desarrollar un buen nivel de inteligencia emocional y sobre todo desarrollar hábitos que nos permitan gestionar las propias emociones, como por el ejemplo, hacer un manejo efectivo del estrés y establecer prácticas cotidianas para liberarlo, así como desarrollar la empatía para conectar más profundo e influir de manera positiva en las personas que nos rodean. Las prácticas contemplativas como la meditación Mindfulness, la práctica del soliloquio o bien escribir en un diario, son herramientas estupendas para ayudarnos a gestionar la energía emocional.
La energía mental tiene que ver con nuestra capacidad de tener un mayor nivel de consciencia, estando presentes en el ahora para dirigir nuestra atención, lo que nos permite gestionar de forma proactiva los pensamientos y con ello crear el espacio para la concentración profunda.
Para efectos de este artículo, la parte revelante de la energía mental está expresada en el apartado del poder de la Concentración.
Por último, la energía espiritual se refiere, en esencia, a nuestro de nivel de claridad y con ello al enorme poder que nos da nuestro sentido de propósito, la razón de existir, el significado de la vida, nuestro desarrollo personal, la contribución a nuestro entorno, nuestro impacto en el mundo y el sentido de conexión con algo más grande.
Para efectos de este artículo, uno de los aspectos más relevantes de la energía espiritual está expresado en el apartado sobre el poder de la Claridad.
El Poder de la Necesidad
El poder de la Necesidad, puede sonar extraño, pero hace mucho sentido cuando entendemos que los seres humanos y prácticamente todos los seres vivos somos criaturas de la necesidad. La necesidad es una enorme fuerza detrás de la capacidad de adaptación de todo organismo en la naturaleza.
Entender el poder de la Necesidad es un nivel más elevado de entender el funcionamiento de la motivación humana. La fuerza del deseo está asociada con nuestro sentido de propósito, pero el deseo, visto solamente como una emoción o pensamiento, no siempre nos moviliza a la acción, por ello que es que para ser más efectivos y contundentes necesitamos elevar el deseo de aquello que queremos realizar u obtener, al nivel de necesidad para que esto nos lleve a sentir el impulso y el deber de hacer el trabajo, incluso el sacrificio, si es necesario, para obtener lo que queremos.
Cuando estamos claros de que algo es necesario, tomaremos las medidas requeridas para impulsarnos a satisfacer esa necesidad, porque mientras la necesidad no esté cubierta, nos sentimos incompletos, insatisfechos, incluso ansiosos. Cuando ciertos objetivos como mejorar la salud se vuelven una necesidad, ponemos más atención y estamos más motivados para hacer cambios importantes de comportamiento y actitud, para desarrollar nuevos hábitos positivos y sustituir aquellos que no nos permiten satisfacer la necesidad que ahora tenemos.
Normalmente vemos lo bien que funciona la necesidad cuando estamos en medio de las crisis y el dolor, cuando no nos queda más remedio que atender aquello, a lo que por no sentir que era necesario hacer, postergamos o hicimos de manera superficial, hasta que llega la consecuencia y se convierte en una crisis como el diagnóstico de una enfermedad seria, la ruptura definitiva de una relación, un deterioro crítico de la reputación, o una pérdida financiera severa.
Usemos el poder de la Necesidad a nuestro favor, promoviendo desde el nivel de deseo o preferencia al nivel de necesidad, los objetivos más importantes que definitiva y categóricamente si queremos ver realizados en nuestra vida en un periodo razonablemente agresivo.
“La necesidad te lleva a sentir un profundo impulso emocional que eleva tu nivel de compromiso para triunfar y te obliga constantemente a ser disciplinado, ser productivo y a dar siempre tu mejor esfuerzo.”
Conclusión
Ir del deseo a la manifestación concreta de cualquier objetivo, es sin duda un viaje que todos queremos transitar de la forma más efectiva posible, pero la cruda realidad es que ese nunca es un camino recto, plano, ni sencillo, requiere conjugar todos nuestros recursos más allá del deseo y la fuerza de voluntad.
Como todo viaje, transitar el camino hacia nuestras metas, puede ser un viaje de profunda transformación personal, para generar los resultados y experiencias que queremos y producir el impacto e influencia en nuestro entorno para convertirlo en un mejor lugar y todo ello se puede ser lograr de forma más efectiva si cultivamos y aplicamos el poder combinado de la Claridad, la Concentración, la Energía y la Necesidad.